jueves, 23 de agosto de 2012

¡QUE dIFERENCIA, eh!......

¿Cuál es la diferencia entre el cristiano sin el Espíritu Santo y el incrédulo?
Ninguna.
Porque “si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él.” Romanos 8:9
¿Cuál es la diferencia entre el siervo mentiroso y el siervo de Satanás?
Ninguna.
Porque Jesús les dijo a los hipócritas: Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer... Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” Juan 8:44
¿Cuál es la diferencia entre el que se dice cristiano, conoce bien la Biblia pero vive en el pecado y el impío?
Ninguna.
Porque Jesús dijo: “todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.” Juan 8:34
¿Cuál es la diferencia entre los que son de Dios y los que no lo son?
Toda.
Porque Jesús dijo: “El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.” Juan 8:47
Jesús no se refiere apenas a los oyentes de la Palabra de Dios, sino a aquellos que oyen y obedecen. ¿De qué sirve oír y no obedecer? ¿Hay alguna diferencia? ¡No!
¿Cuál es la diferencia entre el que odia al hermano y un asesino común?
Ninguna.
Porque está escrito: “Todo aquel que aborrece a su hermano es asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él.” 1 Juan 3:15
“Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” 1 Juan 4:20
¿¿¿Cuál es la diferencia, eh, hermano???...

Quien quiere ver a Dios?

Cierta ocasión en altamar, en medio de la tripulación de un barco, existía un marinero que, por el hecho de ser creyente, convertido recientemente, era motivo de insultos y burlas por parte de sus compañeros.
En un bello día, el capitán del barco, reuniendo a los marineros en la cubierta, tomó un catalejo y comenzó a mirar el horizonte de un lado hacia otro. Miraba, miraba, hasta que los marineros, curiosos, quisieron saber de qué se trataba.
El capitán, sacando los ojos del catalejo, se dirigió al marinero creyente y le dijo:
- Miré por todos lados. Miré y me cansé de mirar, pero no logré ver a Dios.
Entonces el marinero, levantándose, tomó la Biblia, y abriéndola en el libro de Mateo 5:8, leyó esta rara joya del Amado Maestro:
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.”
Colaboración: Gabriela Coimbra

martes, 21 de agosto de 2012

:: Como recibir el Espíritu Santo :: - Obispo Macedo


:: Como recibir el Espíritu Santo ::

Primer paso: Conciencia.
Estar consciente de que nadie es bautizado con el Espíritu Santo porque lo merece. Si cree que tiene méritos, no lo va a recibir nunca. Ese bautismo debe ser buscado con todas las fuerzas y de todo corazón, por medio de la fe en el Señor Jesucristo.
Segundo paso: Querer.
Ese querer no es simple voluntad o una buena idea, ni porque otros Lo tienen. Pero, por ser muy necesario en cuanto a la salvación. Es un querer semejante al perdón de los pecados. Es un querer ardiente, por encima de cualquier otro sueño o deseo del corazón. Más que vivir, casarse, conquistar, en fin, más que todo lo que las personas o este mundo pueden ofrecer. Por eso, el Señor impone la condición de sed. Es necesario tener sed. Mucha sed. Una sed desesperante. Si alguno tiene sed… (Juan 7:37) Si no hay garra en el querer, será difícil.
Tercer paso: Pensamiento.
El querer debe seguir por el pensamiento ocupado en la Persona del Espíritu Santo. El pensamiento continuo en Él debe ser tanto en casa, en el trabajo, en la calle, en la iglesia o en cualquier lugar. Tanto como pueda. Es como en el noviazgo. Cuando se está amando, la persona va y viene y siempre termina pensando en la persona amada, ¿no es así? Lo mismo debe ocurrir con el candidato al Sello Divino. Lo importante es mantener la mente enfocada en Él. No es necesario decir que, en esa etapa, el candidato debe buscar al máximo aislarse de todo lo nocivo a la buena conciencia. Evitar las malas compañías o personas contrarias a la fe, distracciones vulgares y todo lo demás que interrumpa la relación con el Espíritu. Es difícil, pero no es imposible. La fe exige sacrificio. Si en la conquista de los bienes materiales no se miden sacrificios, cuanto más en la conquista espiritual. ¡Imagine la plenitud del Espíritu Santo!
Por lo tanto, tiene que haber un esfuerzo sobrenatural.
Conclusión:
Cuando esas condiciones están satisfechas, el candidato no necesita hacer más nada, mucho menos preocuparse. Sólo esperar. En cualquier momento y en cualquier lugar él puede ser bautizado. En casa, en el trabajo, en la calle, en la iglesia, en fin, no hay más impedimentos para que el Señor Jesús venga a bautizarlo con Su Espíritu.
Observación:Durante el tiempo de “ocupar la mente” con la Persona del Espíritu Santo, es probable que el diablo sople pensamientos sucios. En caso que eso suceda, sepa que eso es una excelente señal de que usted está en el camino correcto. No se desanime. No se preocupe. Y no piense que está pecando contra Él. Tentación no es pecado. Pecado es caer en tentación. Pecado imperdonable es ofender o proferir palabras contra el Espíritu Santo.
Cuando vengan pensamientos sucios, no tenga miedo y no se acobarde. Aproveche el momento y resista al diablo alabando al Señor Jesús. Sea con cánticos, con palabras de adoración (en un tono alto o bajo, depende de su privacidad). Lo importante es no temer o intimidarse delante de los pensamientos sucios. ¡Tiene que reaccionar! Y reaccionar con alabanzas a Dios.
Obispo Macedo

Obispo Renato Cardoso - Pensando en Grande


Pensando en GRANDE
Los de pensamientos pequeños, llevan vidas pequeñas

"Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
y como posesión tuya los confines de la tierra."
Salmos 2:8

Pensar grande es, resumiéndolo, pensar como Dios. Los pensamientos de Dios son más que grandes. "Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos," Él dice en Isaías 55:9.
El hombre es limitado solamente por sus pensamientos. Y, desafortunadamente, la mayoría de las personas han sido prisioneras en las pequeñas cárceles de sus pensamientos pequeños.
Usted solo puede hacer lo que usted cree que es posible. Es por eso que las personas que piensan pequeño llevan vidas pequeñas.
¿Qué significa pensar pequeño?
Es pensar en lo que no se tiene en vez de pensar en lo que se tiene.
Es pensar en lo que no puede hacer en vez de pensar en lo que se puede hacer.
Es pensar en el problema y no pensar en la solución.
Es pensar en lo que viene en su contra en vez de pensar en lo que está sucediendo en su favor.
Es pensar que usted ya tiene lo suficiente porque existen personas más pobres que usted.
Es pensar que ya trató de hacer de todo, cuando, en verdad, solo ha tratado de hacer algunas pocas cosas.
Es pensar que las personas exitosas tienen "suerte" y que usted no es una de ellas.
Es dudar de que usted tendrá éxito y creer que fue destinado a fracasar.
Usted solo puede hacer lo que usted piensa que es posible. Henry Ford dijo: "Si usted piensa que si puede o que no puede, usted SIEMPRE estará correcto."
Entonces cuando usted se encuentre pensando en por qué su vida está como está, por qué nada mejora, la respuesta, inevitablemente, vendrrá a sus pensamientos.
Pensar grande es pensar como Dios. Y para pensar como Dios, usted necesita saber qué y cómo Él piensa. Y para saber qué y cómo Él piensa, medite en lo que Él dijo en Su Palabra. Aquí está un ejemplo:
"Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra." Salmos 2:8
¿Qué fue mismo que usted le pidió la última vez que usted oró?

Obispo Silva - Creer y Esperar


Un día, cuando una mujer iba caminando por la calle, vio por la ventana de la casa del pastor de su Iglesia, una escena terrible.

Imagine, el pastor estaba persiguiendo a su mujer con un palo de escoba para arriba. Oyó el grito de la esposa al marido, la vio correr y al marido tras ella. ¡No tenía ninguna duda! El pastor golpeó a su esposa y comentó la noticia por toda la ciudad.

Ella lo estaba contando a todos los que conocía, y no satisfecha con eso, empezó a contárselo también a los extraños. Pronto todo el pueblo sabía sobre la inconveniencia de la actitud del pastor.

La directiva de la Iglesia ante tal hecho, se reunió y tomó la decisión apropiada del caso en relación al pastor y su ministerio, y comunicó a él la decisión tomada.

Muy sabiamente el pastor acepta la decisión sin ninguna alegación en su favor.

El pastor hizo entonces una petición. Quería hacer en el siguiente domingo un culto de despedida, invitando a todos los que pudieran asistir.

En el día señalado, después de un corto mensaje del Evangelio, su esposa fue invitada a subir al altar para explicar públicamente lo que había pasado.

Ella dijo en voz alta y clara: “Mi esposo fue desconectado de la Iglesia, por un ¡JUICIO PRECIPITADO! Soy consciente de que la decisión tomada es por el hecho de haberme pegado.

Nunca se quejó con nadie, ni podía, porque lo que realmente ocurrió fue que un día particular, cuando hice la limpieza de la casa, apareció un pequeño ratón, que empezó a correr por la habitación. Yo, con miedo a las ratas comencé a gritar y correr. Mi esposo lo vio, cogió una escoba y comenzó a perseguir al ratón para matarlo.

Si esto es causa para el cierre de la iglesia, nos iremos a otra ciudad, si no, me gustaría que la persona que difundió noticias falsas sobre mi azote, venga aquí, porque nosotros (mi esposo y yo) estamos dispuestos a perdonar a esa persona por el error cometido”.

Todos los presentes sabían sobre lo sucedido y quien divulgó la noticia, por lo que la "Señora" no tenía otra opción que ir allí y pedir perdón. Sin embargo, el pastor le dijo: "Señora: Yo le perdono, pero usted deberá cumplir con una petición que le haré, ¿está bien?” Ella respondió afirmativamente.

Teniendo en cuenta esta respuesta el pastor le dio la siguiente asignación: "tome una almohada de plumas, vaya a la cima de la colina en un día ventoso, y libere todas las plumas en el aire" (fácil, debe haber pensado la señora). Pero el pastor continuó: "Al día siguiente, volverá a ese lugar y recogerá todas las plumas para recomponer la almohada para que quede como estaba antes." “¡Hay Pastor esto es imposible! Después de que el viento se llevé las plumas ya no podré recogerlas” dijo la señora.

¡Eso es exactamente lo que usted hizo con mi vida! Después de haber difundido esa noticia falsa, nunca más tendré el mismo concepto con el pueblo de esta ciudad. Me trasladarán a otra ciudad, pero dejamos aquí esta lección de vida a todos los presentes:ues a nadie a toda prisa, y no disemine porque luego no podrá recoger."

Obispo Macedo - Como Recibir el Espiritu Santo ( En Español )

Escuche el Santo Culto en Español con el Obispo Macedo

El Templo de Salomon

El Templo de Salomón El primer templo, ideado por David, fue levantado por su sucesor y llamó la atención de todo el mundo conocido en la época por el apuro en su construcción, además de su grandiosidad. Pero Dios mostró a Israel que de nada servía que el pueblo tuviera lo bueno y lo mejor si estaba lejos de Él.
Cuando el pueblo de Israel conquistó Jerusalén, hizo allí el punto neurálgico de su reinado. David, entonces rey, ya vivía en un suntuoso palacio. Un día vio que no estaba bien vivir en una edificación grande y compleja de piedras y madera y que el Arca de la Alianza habitase en una tienda de tela, el Tabernáculo. Él alimentó en su corazón la idea de construir un gran templo para Dios, una edificación fija en la que todo sería hecho como en el Tabernáculo, pero con un carácter permanente. El segundo libro de Samuel, en su séptimo capítulo, muestra claramente a David relatando a Natán, profeta y mano derecha del rey, su intento. Aún así, Dios dejó bien claro que David no construiría el templo, sino su hijo y sucesor. A pesar de eso, David podría comenzar a acumular material para la gran empresa (lea 1 Crónicas 28:2-6). Cuando David sentía que sus días en la Tierra acababan, llamó a su hijo Salomón y determinó que subiera al trono después de su muerte, como sucedió. El reinado de Salomón estuvo signado por la paz de Israel con los pueblos del mundo conocido en la época, por la sabiduría del monarca (concedida por Dios de acuerdo con su pedido) y por mucho lujo y ostentación. Pero no sólo el lujo llamó la atención en la construcción del gran templo. La organización de la gran obra fue algo sin igual en comparación a otras construcciones de la época, con los mejores profesionales de los más diversos lugares. Miles de hombres participaron de la obra. Para cortar la madera – cedro del Líbano y cipreses – fueron designados 30 mil hombres. Sólo para el corte de piedras en Jerusalén fueron necesarios 80 mil profesionales. Los demás fueron cerca de 70 mil operarios de servicios generales y sus supervisores. Mientras que las maderas y rocas eran materia prima local, se importó el oro, la plata y los otros metales de las mejores procedencias de la época. Reyes aliados de Israel también contribuyeron en la obra. Hiram, rey de Tiro, por ejemplo, envió a Salomón sus mejores arquitectos y artesanos. El lugar de la obra sería el Monte Moriah, donde Dios se había aparecido a David y donde Abraham había llevado a su hijo Isaac para sacrificarlo y fue salvado por un ángel que detuvo su mano (lea 2 Crónicas 3:1). Finalmente, el templo fue construido en siete años. Era famoso no solamente por su tamaño colosal, sino sobre todo por el esmero de la obra, que utilizó lo mejor disponible en ese entonces en materia de tecnología y arte. En el primer libro de Reyes, los detalles muestran el estilo de la construcción, así como su realización: las piedras y diversos materiales eran llevados listos para usar, sin que fueran rotos o aserrados en el lugar. Era la edificación más suntuoso del que hubiera datos, con varias cámaras y antecámaras, reproduciendo en su centro la misma configuración del antiguo Tabernáculo, que, desarmado, fue llevado y guardado en el templo. Era un gran complejo con objetos de arte y utensilios lujosos en cada centímetro de su extensión. Para la fiesta de inauguración, Salomón realizó una gran ceremonia que duró siete días, con la presencia del pueblo israelí y de representantes de los pueblos aliados. El Arca de la Alianza fue llevada al Santo de los Santos, y una nube llenó la sala para velar la presencia de Dios (lea 1 Reyes 8:1-11).
Dios bendijo el templo y prometió su protección a Israel, pero sólo mientras el pueblo mantuviera su fe incorruptible. Si se introducía la idolatría, no solamente Israel sería castigado, sino que el templo sería destruido. Rodrigo Silva, arqueólogo encargado del Museo de Arqueología bíblica Paulo Bork, en Engenheiro Coelho (São Paulo), cuenta: “El templo, infelizmente, trajo la ‘burocracia religiosa’, pues mientras que en el Tabernáculo los fieles conversaban con los sacerdotes, en el gran templo de Salomón las ofrendas y sacrificio pasaban por varias personas hasta llegar a los sacerdotes”. Además de eso, según el profesor Rodrigo, el pueblo de Israel no tardó en idolatrar, en cierta forma, al propio templo, que pasó a ser el orgullo de Israel. Años más tarde, la corrupción y la idolatría de los israelitas hizo que la Palabra de Dios no volviera atrás e Israel fue derrotado por los babilónicos, bajo el reinado de Nabucodonosor. El templo, orgullo del pueblo judío hasta hoy, fue descuidado, saqueado y destruido hasta sus cimientos. De nada sirvió tanto apuro en la construcción, tanta tecnología de punta, tanto lujo, si el pueblo se aproximó a la obra de sus propias manos, pero se alejó de Dios. Mientras que el templo tenía en Dios su razón de existir (si se aplica una analogía entre la edificación y el pueblo de Israel), se mantuvo de pie, inamovible. Cuando el propio templo pasó a ser el centro de atención, y no el Dios Todopoderoso para el que había sido construido, no quedó piedra sobre piedra ni de él ni de Jerusalén. Nuevamente el pueblo israelí era dominado por otra raza, como en el pasado.